Erase una vez , un envío que contenía relojes reparados en un país muy lejano , el envío contenía 5 relojes más otro que fue comprado en ese país.
El coleccionista tenía muchos relojes, pero gustaba que los más importantes, singulares y valiosos tenerlos impecables tanto en originalidad como en funcionalidad.
Así , fueron enviados para reparar sus joyas más preciadas, un Vostok NVCH de primera generación, un Raketa Amphibia, Un Poljot Aeroflot , Sportivnie y un Poljot Signal allí les esperaba un codiciadísimo Stumanskie Gagarin 17 jewels. El relojero, sabiendo de su valor, los reparó con el mayor cuidado y el tesoro, fue enviado de vuelta al país cálido del coleccionista.
Foto del envío de sus relojes reparados.
Pasaron tres semana, un mes, dos meses, tres meses, 4 meses , reclamaciones y el paquete sin aparecer.
Nuestro personaje, pasaba por momentos personales muy complicados y la perdida de ese paquete le hundió más. Existía el tema económico, pero también estaba el motivo emocional, cómo se consiguieron, las fotografías que les hizo, el día que le llegaron, las veces que se los puso.
El pobre , desesperado, comentó con unos pocos amigos íntimos , tan significativa perdida , buscando de alguna manera un consuelo.
Medianamente recuperado , tomó la determinación de intentar remplazar las piezas perdidas, desconocía lo que le costarían, ni tampoco si lo lograría, no sería fácil volver a reunir esos relojes-unicornios y menos tener la posibilidad de adquirirlos de nuevo entre tanta competencia de coleccionistas.
Pasó un tiempo y apareció un Raketa Amphibia, pero el vendedor no realizaba envíos fuera de su país, El protagonista escribió al vendedor si no podría hacer una excepción con él , ante su sorpresa le dijo que sí y se hizo la primera recuperación, nuestro coleccionista acostumbraba retroalimentar a los vendedores, diciéndoles que el envío había llegado y que era de su agrado. Y así se lo hizo saber, aparte de ello le explicó con posterioridad el caso de los relojes perdidos. Mostrando el vendedor empatía y continuando contactando de vez en cuanto.
Continuó pasando más tiempo , buscando y al coleccionista se le apareció un NVCH de primera generación, el precio inicial era bueno dentro de lo que son estos relojes.., pero el dial tenía un pequeño defecto, estuvo dudando mucho, pero no pujó al final, esa noche nuestro personaje durmió mal , arrepintiéndose de no haberlo intentando.
Al día siguiente hablando con un amigo de esos cercanos y conocedores de su desgracia, el cual vivía en otro continente, le comentó su arrepentimiento por la pérdida de esa oportunidad , ante su sorpresa, su amigo lejano le confesó que él había ganado el reloj ¿Podríamos imaginar la coincidencia que supone ello?
No sabemos si fue cierto, aunque sospechamos que no, pero el amigo lejano dijo que no estaba muy convencido, que si nuestro personaje quería se lo transmitía por el precio pagado.
Estuvieron un rato, no hombre no, que si, que no ,que ya encontraré otro, que me sabe mal. Pero resumiendo , nuestro personaje se quedó con el reloj.
Perdonad, llaman a la puerta……
Por dónde íbamos? ………… Ah!, Sí!
Pasaron más días y más noches, un Sturmanskie Gagarin 17 jewels apareció.
Otro apreciado compañero , que sabía de su mala fortuna , lo anunciaba , el reloj era de un amigo suponemos que una persona mayor, el precio era desorbitante. No obstante, sin esperanza , nuestro coleccionista hizo una razonable oferta, pero lejos del precio demandado.
Su apreciado compañero , entonces aconsejó tratar directamente, explicando previamente al vendedor y amigo, la mala fortuna de nuestro protagonista.
Dicho y hecho, nuestro personaje escribió una sincera y honrada carta argumentando el motivo de su interés debido a una perdida y haciendo una razonable oferta , pero sin optimismo, entendiendo que siempre estaría el entusiasmado que ofrecería lo que no estaría escrito y más.
Al poco tiempo, ante su sorpresa, el propietario del reloj le hizo una contraoferta, incluyendo en el lote el Sturmanskie 17 jewels y un Poljot 55 gr que también se perdió , nuestro personaje aceptó su oferta, pues creyó entender que era un precio justo tanto para el vendedor como el comprador.
Al día siguiente , nuestro protagonista, escribió a su compañero quien actuó ayudándolo y le dió las gracias . Este le felicitó, primeramente porque no había visto ningún reloj de esa clase en tan buena condición . Y ya con posterioridad, le hizo saber , que el vendedor había recibido ofertas de otros compradores , superiores a la suya , pero que , por encima de todo le quiso ayudar sin importarle un mayor beneficio.
Nuestro personaje ya estaba más relajado pues había conseguido lo más difícil, sin embargo, el Poljot signal y el Sportivnie le costó encontrarlos, cuando no estaban en malas condiciones, y cuando estaban bien eran terriblemente caros, finalmente consiguió unos decentes,
Este cuento va dirigido a las personas que le ayudaron directamente e indirectamente , y a todos los coleccionistas que saben ver a parte de la belleza de los relojes.
Las historias humanas enriquecedoras tanto en el camino para encontrarlos, como en las vivencias que contienen.
Y colorin colorado este cuento se ha acabado,